El facultativo hizo estas declaraciones durante la presentación de una campaña de la farmacéutica Allergan para concienciar a médicos y pacientes de la necesidad exigir ciertos estándares de calidad con motivo del escándalo de los implantes PIP.

En la presentación participaron tres profesionales del mundo de la estética, que coincidieron en señalar que el médico tiene la responsabilidad de elegir el mejor entre los productos autorizados, aunque sea más caro, puesto que eso evitará segundas intervenciones.

Según Paloma, la decisión del médico debe basarse en criterios "como los estándares de calidad del fabricante, su inversión en I+D+i y la propia experiencia del cirujano".

En su opinión, las garantías en este tipo de operaciones se ven cuando "el paciente tiene un problema y el médico le da una respuesta". A causa del caso de las PIP ha observado un cambio de actitud en los pacientes: "Ahora preguntan, ¿Y qué marca me va a poner, doctor?".

Juan Sopena, director del Instituto Madrileño de Dermatología y Estética, afirmó que es el médico y no el paciente quien debe decidir qué implante se le pondrá.

Federico Mayo, jefe del Servicio de Cirugía Plástica del Hospital Beata María Ana, en Madrid, denunció las consultas itinerantes y animó a los pacientes a asegurarse de que su facultativo estará localizable si se presentan complicaciones.

También pidió más restricciones respecto al tipo de información que se difunde en medios de comunicación, publicidad e Internet.